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Trágico suceso

´Nos salvamos al saltar de una azotea a otra´

Los vecinos explican angustiados cómo escaparon del incendio en Palma gracias a la ayuda de los bomberos

B. PALAU. PALMA. "Nunca podremos dar las gracias a los bomberos por su comportamiento. Fueron maravillosos. No nos dejaron solos ni un segundo. Uno de ellos incluso se quitó la mascarilla de oxígeno y se la puso a mi marido, que es asmático. Gracias a ellos nos salvamos". Margalida Picornell vive en un tercer piso sobre el bar ´Jamón, Jamón´ que el pasado viernes por la tarde se incendió y causó la muerte a un bombero y heridas a otros dos. Ayer no pudo quedarse a dormir en casa. El olor a humo sigue siendo insoportable. Tanto ella como su esposo Joan Sansó, ambos de 78 años, son asmáticos. Tras el fuego, fueron atendidos en una ambulancia donde les administraron oxígeno. Un día después de la tragedia, Margalida solo tiene palabras de agradecimiento para los bomberos. "Nos salvamos al saltar de una azotea a la otra. Si ellos no hubieran estado allí, no habríamos podido pasar a la terraza del otro edificio. Nos cogieron en volandas, a peso", destaca la mujer.

En la finca situada en el número 14 de la calle Andreu Feliu, muy cerca de Blanquerna y de s´Escorxador, en Palma, el ajetreo continúa. La mayoría de moradores se afana en limpiar el suelo, los muebles o las persianas. Un manto negro de ceniza se ha adueñado de sus viviendas. Y el intenso olor a humo sigue impregnando las paredes. Varios residentes han tenido que pasar la noche en casa de familiares o amigos. Solo unos pocos se han quedado a dormir en su hogar. "La verdad es que no he podido dormir de los nervios que pasé", puntualiza otra vecina del cuarto piso.

Los afectados recuerdan angustiados cómo pudieron escapar de las llamas y de la gran columna de humo que durante una hora borró la silueta de su edificio. "Esto se veía venir. El bar es como un túnel. Es un local muy cerrado con forma de U. Es una ratonera", se quejaba otra residente de la zona. Años atrás, habían tenido problemas con el establecimiento por la insonorización y la salida de humos. Incluso, hubo denuncias, explica la mujer. "Solo hay una salida. Y la parte de atrás queda totalmente cerrada. Ahora hay que ver si hay seguro o si está vigente", añade con cierta preocupación.

Lucía, de 87 años, fue rescatada por un bombero que la ayudó a bajar por las escaleras desde un segundo piso. "Me sacaron del brazo y me bajaron por las escaleras", indica. Antonia Cano, otra vecina que vive en el tercero, también salió de casa con un bombero y su nieto. "Fue un susto muy grande. El humo cada vez era más intenso. Con las prisas me caí en casa y me hice un corte. Los bomberos echaban espray por las escaleras. Yo pensaba que me ahogaba. Luego, a la una de la noche regresé y no pude dormir mucho por miedo al humo. Y qué pena lo del bombero", relata.

Otras dos vecinas explican que tuvieron que subir a la azotea. Eran nueve personas en lo alto del edificio. "Nos hicieron subir a la terraza y allí estuvimos con los bomberos hasta que empezó a salir más humo y nos hicieron pasar a la otra azotea. Luego, nos bajaron a la calle de cuatro en cuatro por la otra finca. Los bomberos fueron maravillosos. Nos ayudaron mucho, porque mi marido lo pasó muy mal. Esta noche no hemos podido ni dormir", asegura Picornell.

Fuente// http://www.diariodemallorca.es/sucesos/2010/08/08/salvamos-saltar-azotea/593081.html