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Un pequeño incendio que se convirtió en una trampa

El relato de los bomberos que participaron en la extinción del local permite reconstruir el siniestro paso por paso

 

X.P. PALMA / INFOGRAFÍA: CARBONERO La primera llamada alertando sobre un incendio en la calle Andreu Feliu entró en el parque de Bombers a las 17.57 horas del 6 de agosto. Las unidades de extinción salieron a las 18.02. Durante el trayecto, el cabo que va en el camión pregunta a los bomberos si tienen transmisor de radio. Dos, entre ellos Álex Ribas, no lo tienen. Se acuerda que los dos que sí tienen intercomunicador entren como "punta de lanza".

 

Los bomberos llegan al lugar a las 18.06. En ese momento comprueban que se trata de un bar con dos accesos. Ven que sale humo por la puerta de la derecha. Se trata de un incendio de baja intensidad, por lo que se indica a la Policía que es mejor que los vecinos de las plantas superiores se queden en sus domicilios, con las puertas y ventanas cerradas.

Entran los dos primeros bomberos con una línea de manguera. Está lleno de humo. La visibilidad allí es nula y los bomberos tropiezan con las numerosas mesas y sillas del local. Tras ellos va el cabo y detrás, Álex Ribas, que maneja una cámara térmica, un aparato de precisión que localiza las fuentes de calor, para intentar encontrar dónde está el fuego. Todos llevan los ERA, las máscaras de respiración, por lo que no pueden hablar si no es a través del intercomunicador. Parece un incendio pequeño y se mueven con relativa tranquilidad. Llegan hasta el fondo del local y vuelven por la otra puerta. Hay mucho humo, pero no encuentran el origen del fuego.


Fuego en el falso techo

Los cuatro vuelven otra vez hacia dentro. Es entonces cuando el cabo descubre que el fuego está el falso techo. Avisa por radio a los bomberos para que salgan de inmediato, pero los dos que llevan el intercomunicador no le oyen porque están en un canal distinto. Salen el cabo y Álex Ribas. Los otros dos quedan dentro, buscando todavía el fuego. En sus declaraciones posteriores, el cabo manifestó que en ese momento advirtió al sargento, que está fuera del local, de que el fuego estaba en el falso techo. El sargento reiteró que no tuvo en ningún momento constancia de que le informara de este dato. Han pasado unos veinte minutos desde el inicio del servicio.

El sargento, el cabo y Álex se reúnen fuera para organizar una nueva entrada en el local, con una nueva línea de manguera por la segunda puerta. Mientras tanto, los otros dos bomberos seguían buscando el fuego en el interior, relativamente tranquilos. Entonces una parte del falso techo se desploma entre ellos y la entrada y retroceden hasta el fondo.

El cabo, otro bombero y Álex entran con la nueva línea de manguera. Álex, que lleva la cámara térmica, les adelanta. Cuando están a medio camino, caen varias placas del falso techo entre ellos y se separan. El cabo da la orden de salir. Él y el otro bombero salen al exterior con gran dificultad, mientras que Álex sigue adelante y se reúne con los dos bomberos que estaban en el interior y seguían atacando el fuego con su manguera. En ese momento ya son conscientes de que el fuego va por arriba. El falso techo les cae encima, se separan y se desorientan. Uno de ellos llega hasta el baño del fondo y al ver que no hay salida vuelve hacia atrás, tropezando con sillas y mesas y logra salir cuando ya se había quedado sin aire en el equipo. El incendio se ha avivado y provoca ya una enorme columna de humo negro. La situación se ha descontrolado.
El responsable del operativo pide refuerzos urgentes y más equipos de respiración. Al otro de los bomberos que ha quedado dentro se le agota el aire del equipo, se quita la máscara y cae casi sin sentido, justo delante del sargento y otro compañero que acaban de entrar en su ayuda. Le sacan fuera con gran esfuerzo. Dos de ellos sufren quemaduras.

Faltaba Álex. A las 18.40 llegan los refuerzos y comienzan a buscarle. Le encuentran en el fondo del local, gracias a la "alarma de hombre muerto", el pitido que hace el ERA cuando quien lo lleva se queda quieto. Tiene la máscara quitada y el aire agotado. Está inmóvil y enredado entre cables eléctricos y bajo unos cascotes. Ha muerto envenenado por inhalación de ácido cianídrico, el gas desprendido por la combustión.

Fuente// http://www.diariodemallorca.es/sucesos/2011/01/16/pequeno-incendio-convirtio-trampa/636736.html