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Los compañeros de Álex Ribas
volverán a declarar sobre el siniestro "Lo
que falló lo dirá la comisión, y se sabrá", afirma el jefe de los Bombers de Palma
El Comité de Salud Laboral se reunió
ayer para proseguir con las gestiones para tratar de determinar las
circunstancias de la muerte de Álex Ribas, que
falleció envenenado por inhalación de humo durante la extinción de un fuego en
el bar Jamón Jamón. Una
intervención que, según sus compañeros, estuvo marcada por graves carencias,
como el hecho de que Ribas no tuviera operativo el "hemicraneal",
como se denomina el comunicador que los bomberos llevan instalado en el casco. En la comisión participan técnicos del
Ayuntamiento, representantes de los sindicatos y el jefe del cuerpo. La princial decisión que se adoptó ayer fue volver a tomar
declaración a todos los bomberos que participaron en la extinción del bar hace seis meses para reconstruir todo lo que ocurrió.
Los miembros del comité acordaron volver a reunirse en las próximas semanas. "No tenemos ninguna intención de
torpedear o retrasar la investigación", explicó Manuel Nieto tras la
reunión. "Es verdad que estamos tardando en realizar el informe, pero se
debe fundamentalmente a que en la extinción participó mucha gente, algunos de
ellos han estado de baja mucho tiempo, y son cosas que no se deben hacer con
prisas". El jefe de los Bombers de Palma recalcó
que, "en cuanto tengamos las conclusiones de la investigación, se harán
públicas. No pretendemos ocultar nada". Los bomberos que participaron en la
extinción ya declararon sobre lo ocurrido en la investigación interna realizada
hasta ahora. Estas diligencias se plasmaron en un informe que no llegó a ser
firmado por los responsables del cuerpo, y que según algunos bomberos revelaba
las graves carencias con las que se afrontó la extinción del fuego en el bar.
En las dotaciones había un bombero menos de los que marca el protocolo y dos de
ellos –incluido Álex Ribas–
no llevaban equipo de comunicaciones. Los bomberos criticaron que mientras
muchos de ellos debían actuar sin estos transmisores, los nuevos equipos,
adquiridos hace más de dos años seguían embalados en cajas. |
XAVIER PERIS PALMA