UNO DE ELLOS TIENE Un simulacro de incendio provoca graves quemaduras a cinco
hipocondríacos
Publicado el 25 de Marzo de 2011 por
Xavi Puig Las dos dotaciones de bomberos
que participaron ayer en un simulacro de incendio en una fábrica de tiestos de Tortosa (Tarragona) no pudieron evitar una situación de
histeria y descontrol que se saldó con cinco heridos graves, burlas y varios
empujones. Aunque los trabajadores de la empresa sabían que se trataba de un
incendio fingido, la presencia de cinco empleados hipocondríacos provocó el
drama. “Corrían y gritaban como si tuvieran el cuerpo envuelto en llamas y uno
de ellos atravesó una ventana con la cabeza en busca de oxígeno. Lo vivían a
tope”, declara un testimonio. La reacción inicial de los bomberos fue el
escarnio: “No me reía tanto desde que mi mujer me invitó a un espectáculo de Tricicle. El numerito del tipo encerrado en un armario sin
puertas me desarmó. Luego, cuando vi que no
despertaba tras el desmayo, ya me asusté un poco”, reconoce un agente. Aunque
cuatro de los afectados han recibido el alta involuntaria, el quinto sigue
ingresado con la cabeza psicológicamente calcinada. “En un incendio simulado las
llamas pueden estar en todas partes. No hay un sólo foco, de repente todo puede
estallar” explica uno de los quemados que, intentando extinguir el fuego que
recorría su cuerpo a nivel mental, agarró un bote de lejía y se roció entero.
“Cuando te estás deshaciendo literalmente por culpa de las llamas no puedes
pensar con claridad. Yo soy alérgico a la lejía y esto me ha provocado daños
irreparables en el sistema linfático, rotura de móstoles
y belugas en la próstata”, se lamenta. Otro de los hipocondríacos,
escapando del inexistente humo negro, subió hasta la azotea del edificio y
pidió a los bomberos que dispusieran una cama elástica para poder saltar. “Le
dijimos que no habíamos venido allí a jugar y, al ver que no le tomábamos en
serio, se quitó la camiseta y los pantalones, los ató con un nudo e intentó
usarlos para bajar por la fachada. El espectáculo del tipo en calzoncillos
intentando encontrar un sitio donde atar su propia ropa nos entretuvo durante
veinte minutos. Al final no sé qué le pasó pero se tumbó en el suelo fingiendo
convulsiones. Creo que las quemaduras que tiene en la cara se las provocó el
sol, que pegaba muy fuerte ayer por la mañana”, explica un bombero. Tras la desgracia, |