Veinte años de una gran vergüenza Entonces el hombre se acerca al micrófono y dice
por último, cuando el reloj da su hora: Gracias y buenas noches, ya es hora de
irse a casa./ Y suelta algo más: Somos los sultanes,
los sultanes del swing.(Sultans of Swing, de Dire Straits). Buenos días por la mañana. En la edición del
pasado viernes firmé en estas páginas la noticia de que Andrés Julià, oficial del Cos de Bombers
de Palma de Mallorca, se había jubilado. Ese mismo día recibí varias llamadas de
amigos/as que por distintos motivos conocen a Andrés Julià,
y están al corriente del infierno que ha vivido durante 20 años. Esas personas me dieron una regañina,
puesto que entendieron que en la noticia yo criticaba, e incluso podía
interpretarse que hacía escarnio del afectado. Les dije a ellos/as y ahora a todos ustedes que
no era esa, ni mucho menos, mi intención. Pero en cualquier caso reconozco mi
culpa puesto que si, cuando escribo una noticia o artículo de opinión, quiero
expresar algo y el lector capta otra cosa, es porque yo no he sabido expresarme
correctamente. Cuando escribía la noticia ya tenía la intención
de comentarla hoy, y a eso voy. Andrés Julià fue
nombrado oficial del Cos de Bombers cuando el alcalde
de Palma era Paulino Buchens (UCD). En la siguiente
legislatura el alcalde fue Ramón Aguiló y, con él,
comenzaron los problemas para Julià. En aquellas
fechas se escribió en los medios de comunicación que Cort
quería nombrar un comisario político para controlar a Andrés Julià. éste se opuso y durante la legislatura presentó
varios recursos y dos contenciosos. Ramón Aguiló movió
ficha, creó el Area Municipal de Protecció
Ciutadana (AMPC), nombrando director a Joan Feliu, y a Andrés Julià lo envió
al cuartel de San Fernando, dejándolo inoperativo. Julià
presentó más recursos y contenciosos, pero su vida laboral continuó siendo un
auténtico infierno. Es curioso que en la época de Fageda la oposición, entre ella el PSOE, intentó ayudarle,
cuando había sido el PSOE de Aguiló el que lo
defenestró.
Pero, de lo que puede sentirse orgulloso Andrés Julià es de que su dignidad, como
persona y como profesional, ha quedado escrita en letras de oro para todos los
que le han conocido, a no ser los típicos lameculos
de siempre. A Andrés le llamé para hablar sobre este asunto y simplemente me
dijo que no tiene ganas de comentar nada porque ya está todo dicho. Tuvo, incluso, unas palabras para Catalina Cirer y Maite Jiménez, a las que dice no culpar de nada
sobre la situación que ha vivido. Yo creo que su caso es de lo más vergonzoso
que ha ocurrido en Cort en los últimos 20 años,
hablando sobre todo a nivel humano. Se ha humillado, vilipendiado, y
perseguido a una persona y se ha intentado, consciente o inconscientemente,
acabar con su lucidez mental. Pero, como ya he dicho antes, creo que él,
Andrés, les ha dado a todos una lección de DIGNIDAD, algo que otros no
conocen y sin que diga nombres ustedes ya saben por donde voy. Nos conocemos
poco, pero si te sirve de algo, Andrés, estos días ha llamado gente al
periódico para ensalzar tu personalidad. Seguramente no tendrás un homenaje oficial, ni
creo que te den medallas. Pero no te preocupes, esas cosas déjalas para otros,
por ejemplo, para los que cambian su dignidad por euros. Suerte en tu nueva
vida de jubilado y, ya sabes, tienes la suerte de poder dormir con la
conciencia tranquila. Y eso es mucho en los tiempos que corren. Fuente// Ultima Hora (ver en pdf) |