DÍAS DE PALMA Los bomberos encendieron las sonrisas de los
niños enfermos Repartieron 80 regalos por los hospitales de Son
Dureta y Son Llàtzer Damián quería que los bomberos entrasen con sus
mangueras. Si fuese posible que el camión subiese hasta la planta de oncología
de Son Dureta, mejor que mejor. El equipo para apargar incendios se quedó frente a la puerta del hospital
materno-infantil, pero los bomberos sí subieron hasta su habitación y le
trajeron un par de patines que agradeció con una sonrisa de oreja a oreja. El
pequeño de cuatro años se encontró de repente, mientras estaba comiendo, con la
cama llena de gente. Por supuesto, a quienes prestó atención fue
a los bomberos, que le dejaron el walkie talkie para que felicitase las fiestas de Navidad a quienes
escuchaban al otro lado.
"Llevamos diez años acudiendo a hogares de
acogida para repartir regalos a los niños -explica Rafel-.
El año pasado fue la primera vez que vinimos al hospital de Son Dureta y es una experiencia inolvidable. Saber que los
niños están enfermos y ver su alegría en la cara en cuanto entras en la
habitación hace que se te pongan los pelos de punta", asegura. Aquella
primera vez sólo visitaron la planta de enfermos crónicos. Ayer felicitaron a
los 70 niños de todas las plantas y se dirigieron después a Son Llàtzer, donde había otros 19 niños ingresados. Peluches, juguetes didácticos, muñecas y
bicicletas. Los regalos se escogieron según las edades, aunque hubo uno muy
especial. Rubén tiene 14 años y es tetrapléjico desde
que nació. La agrupación quiso llevarle algo que no tiene nadie más, a
excepción de los profesionales del Cuerpo de Palma. Un traje completo de
bomberos, incluido el gorro de protección. Martín, de un año y con asma, se llevó un
peluche. Adrià no paró de llorar en cuanto vio tanta
gente en su habitación. El concejal de Seguridad Ciudadana de Cort, Álvaro Gijón, le dijo a Amanda: "vente
conmigo", y la niña se escondió detrás de un sillón. |